No me lo esperaba. No esperaba que un día tuviera una conversación caliente con aquella chica que conocí a través de Twitter. No se me pasaba ni la mas mínima idea de tener fantasías con ella. Que mantendríamos ardientes conversaciones, de olor afrutado, fuerte como el sexo, sabor a carne y fluidos compartidos, el tacto de aquello que empieza y acaba. El tacto de esas carnes prietas y sexo duro como le gusta a ella, intenso, con cariño.

Ella es una chica preciosa con cara de muñeca. Unos pómulos agresivos que te dan ganas de morderlos, altivos y desafiantes, hasta diría que insultantes de lo bien que le quedan, y lo sensuales que se me antojan. Unos ojos grandes, chispeantes, con mirada dulce de niña picante que te dicen fóllame aquí mismo, sólo con parpadear. Una mandíbula cuadrada, que endurece su sonriente boca y dulce cara, algo que me pone mucho. Imagino pasando mi lengua por toda la mandíbula hasta la barbilla redonda y subir hasta los hoyuelos que le dan esa simpatía especial, que no me cansaría de lamerlos. Mención especial su boca grande sensual, de labios finos con una estilizada comisura por la que me muero penetrarla, jugar en ese rinconcito buscando su viva lengua.

Su piel tersa, incluso juvenil, dorada, te sugiere acariciarla, hasta apretarla, pellizcando como a ella le gusta. Sus curvas y formas sensuales me dan siempre ganas de abrazarla y recorrer todas ellas, notando mi sexo duro como siempre me pide. Su cuerpo… sus piernas… sus pies… Pelo para agarrarla bien.

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